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A Grey Warden story III

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portobellodolls's avatar
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La horda había arrasado Ferelden, dejando un rastro de destrucción a su paso. A cada paso, engendros tenebrosos rezagados saltaban de debajo de la tierra, atacando a los soldados y amedrentando a los civiles que los acompañaban en su peregrinar hacia la batalla. Enanos, magos y elfos se habían congregado con los ejércitos del arl Eamon más allá de risco rojo y ahora caminaban unidos, sin importar la condición o los prejuicios antaño existentes.
Alistair y Olive habían comenzado a sufrir pesadillas con frecuencia, hasta el punto de que casi eran incapaces de conciliar el sueño. Olive parecía la más afectada, pues a fin de cuentas era la guarda gris más joven, aunque solo fuera por seis meses. La terrible imagen del archidemonio parecía ocupar ahora cada uno de sus pensamientos. Y en cierto modo la joven guarda se sentía aliviada, pues no había conseguido olvidar el pacto con Morrigan, ni sus consecuencias.
Pronto los muros de Denerim se alzaron ante ellos. El aspecto de la ciudad no presagiaba nada bueno. El humo se alzaba tras los muros, todo parecía destruido. Eamonn distribuyó a los ejércitos y se reunió con los tres guardas grises para preparar el ataque. Riordan fue el primero en exponer su propuesta, como guarda más antiguo.
- Nuestro deber es llegar al archidemonio. Los ejércitos pueden hacerse cargo de los engendros, pero no de su jefe. Y mientras no lo eliminemos no acabará la Ruina -Olive asintió con la cabeza. Alistair apretó los labios con fuerza-. El monstruo estará en la zona más alta de la ciudad para tener un área más extensa de influencia -marcó un punto en el mapa de la ciudad con el dedo índice-. Creo que ese lugar es el fuerte Draken.
- Así es -asintió Eamonn.
Riordan continuó.
- Nos dirigiremos hacia allí. No tiene sentido que ninguno de nosotros tres se quede con el ejército. Hemos de ir donde somos más útiles. Pero el resto de tu grupo podría ayudar a los demás...
Olive hizo un gesto afirmativo.
- Oghren y Wynne deberían venir con nosotros -comentó-. Ella es una maga poderosa y podrá darnos apoyo mientras llegamos a la criatura. Oghren la defenderá mientras nosotros... hacemos nuestro trabajo. El resto apoyarán al ejército.
Los tres hombres estuvieron de acuerdo con la muchacha, y esta se dirigió al exterior para informar a sus compañeros. Morrigan frunció los labios al escuchar la noticia.
- ¿Vas a prescindir de mí ahora? ¿Después de todo lo que hemos... compartido?
Olive no pudo evitar detectar una sutil burla en aquel comentario, pero había cosas más importantes en las que pensar que en las retorcidas ideas de la bruja.
- No prescindo de ti, Morrigan. Tu papel aquí está claro... En cierto modo te estoy manteniendo a salvo.
La bruja hizo un gesto con la mano y, por un momento, Olive detectó tristeza en sus ojos. De pronto, Morrigan la abrazó.
- Valoro tu amistad más de lo que crees... Y no pienso olvidarla -Olive no pudo responder. La bruja simplemente se alejó, siguiendo a Sten y a Leliana, que jugaba con Dog para tranquilizarlo.
Olive entró en su tienda y comenzó a vestirse para la batalla. En diez minutos partirían hacia el fuerte Draken y allí se decidiría su destino. Si conseguían sobrevivir, si conseguían llegar al mosntruo, tal vez entonces descubriría si el ritual de Morrigan había servido para algo. Y entonces tal vez necesitaría recurrir a aquella promesa de amistad para no temer al niño dios que la bruja albergaría en su seno.
La puerta de la tienda se abrió y Alistair entró, ya enfundado en su armadura. La tomó por detrás apretándola contra él, haciendo que las placas metalicas chocaran entre sí con fuerza. Olive apoyó la cabeza en el pecho del templario por unos momentos y después, en silencio, ambos salieron de la tienda en busca del archidemonio.




Alistair se arrodilló junto al cuerpo inerte de Riordan.
- ¡Mierda! -el templario cerró los ojos del viejo guarda gris, cuyo cuerpo yacía destrozado en el suelo. Llevaban más de una hora tratando de llegar al fuerte, esquivando sin cesar hordas de engendros que parecían salir de la nada. Apenas pudieron llegar a ver el valiente intento de Riordan de matar al monstruo y sólo alcanzaron a ver cómo su cuerpo se precipitaba al vacío desde las alturas.
- Tenemos que seguir avanzando -Olive se sentía abrumada por la responsabilidad, pero no podía permitirse flaquear. Había albergado la esperanza de que Riordan podría acabar por sí mismo con la bestia, pero ahora estaba claro que sólo su mano, o la de Alistair, podrían terminar aquel trabajo. Y ella no permitiría que fuera Alistair... Ni aún después de la promesa de Morrigan.
Alistair se puso de pie y se acercó a Olive, alejándola de los demás.
- No quiero que seas tú la que de el último golpe -susurró-. ¿Me has entendido?
Olive lo miró a los ojos y vio determinación en ellos. Pero no estaba dispuesta a ceder.
- Alistair...
- No voy a cambiar de idea -gruñó el templario.
"Y yo tampoco", pensó la muchacha, pero no contestó. Alistair ya había echado a correr hacia la torre y ella le imitó, seguida de cerca por la infatigable Wynne y el robusto Oghren.
No fue complicado hacerse paso hasta las almenaras, pero el encontrarse con el mítico monstruo infernal dejó a Olive sin respiración. El archidemonio los observó por un momento, comprendiendo enseguida el tipo de criaturas a las que se enfrentaba. Olive casi se sintió sacudida por la mente del monstruo, que de alguna manera trataba de contactar con aquella sangre de engendro que emponzoñaba su cuerpo. Resistió como pudo el ataque mental y descolgó el arco. Aunque prefería luchar a dos armas, contra aquella criatura era mejor poner distancia. Alistair y Oghren ya corrían hacia la criatura con las espadas en alto.
El mundo pareció detenerse a su alrededor. Olive disparó sus flechas con firme determinación, sintiendo el dolor y la furia del archidemonio a cada golpe. Sentía las heridas lacerantes que éste le producía con su aliento y también el bálsamo mágico que, a oleadas, Wynne lanzaba sobre ellos para intentar mantenerlos con vida. Estaba agotada, física y mentalmente, pero aquello tenía que acabar allí... Con ellos...
Entonces todo explotó a su alrededor. Olive sintió que una oleada de fuerza destructiva la lanzaba hacia atrás. Su cuerpo chocó con violencia contra una de las paredes de la torre, dejándola casi sin respiración. El monstruo se había derrumbado, pero aún intentaba resistir con su último aliento. Olive comprendió que aquel era el momento. Se incorporó con dificultad y sacó de un tirón la llameante espada de su vaina. Corrió hacia el monstruo y saltó sobre él, clavando el filo con fuerza en la garganta de la bestia. Escuchó el grito desesperado de Alistair, pero no tuvo tiempo de dirigir una mirada hacia él. Arrancó la espada de la piel escamosa y, sujetándola con las dos manos, atravesó la cabeza del monstruo de parte a parte hasta que sintió como el filo se destrozaba contra las piedras del suelo.
En ese momento un violento resplandor se proyectó hacia el cielo y Olive sintió cómo el espíritu del archidemonio pasaba a través de su cuerpo. Sintió un dolor indescriptible y al mismo tiempo un poder que parecía llegar de un mundo arcano. Todo era luz a su alrededor. El tiempo se había detenido... Y Olive lentamente perdió la consciencia...
(Continuará...)
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Neith1985's avatar
Lo repito me gusta mucho, realmente bueno.

Yo pienso lo mismo que tu puedes explicar el juego en si y en los momentos clave utilizar sus dialos pero la esencia es mostrar lo que no se ve en el juego, la evolucion de los pj, sus sentimientos, afectos miedos, relaciones etc es donde reside la verdadera maestria